Se conoce como edulcorante a cualquier sustancia, natural o artificial, que edulcora, es decir, que sirve para endulzar o dotar de sabor dulce.

Los edulcorantes como alternativa a la sacarosa o azúcar común, son aditivos alimentarios con mayor efecto dulzor y usualmente menor aporte energético, lo que los convierte en una opción más sana desde el punto de vista nutricional.

 

En relación con su aporte energético los edulcorantes se clasifican en:

1. EDULCORANTES CALÓRICOS

Los cuales proveen al consumidor cantidad similar de energía: 4 Kcal/g.

         Monosacáridos

            Glucosa, Fructosa.

         Disacáridos

            Sacarosa: refinada (azúcar blanca) y sin refinar (azúcar rubia, morena, panela, papelón).

            Lactosa, Maltosa.

         Miel

         Provenientes del almidón

            Jarabe de maíz

         Provenientes de la sacarosa

            Azúcar invertida

         Polioles o alcoholes de azúcar

            Sorbitol, Manitol.

2. EDULCORANTES NO CALÓRICOS

También conocidos como edulcorantes de alta intensidad, que ofrecen al consumidor una manera de disfrutar el sabor dulce con poca o ninguna ingesta calórica ya que no son metabolizados.

De síntesis artificial:

         Aspartame (Splenda): entre 180 y 220 veces más dulce que el azúcar.

         Acesulfame de potasio: entre 130-200 veces más dulce que el azúcar.

         Sacarina: 300 veces más dulce que el azúcar.

         Ciclamato: entre 30 – 50 veces más dulce que el azúcar.

De origen natural:

         Glucósidos de esteviol (Stevia): Se extrae a partir de la hoja de Stevia rebaudiana y tiene poder edulcorante hasta 300 veces superior al azúcar.

 

Razones para incluir edulcorantes en la dieta diaria:

Ya sea sustituyendo total o parcialmente el azúcar, los edulcorantes, sobre todos los de alta intensidad, contribuyen a mejorar problemas de salud como la obesidad, la diabetes y las caries, debido a que:

         Ayudan en la pérdida de peso reemplazando el azúcar y evitando problemas asociados con el consumo excesivo de calorías.

         Contribuyen a las personas diabéticas a disfrutar de una dieta variada mientras controlan su consumo de azúcar.

         Evitan el desarrollo de caries, ya que las bacterias cariogénicas no pueden metabolizarlos tan rápidamente como el azúcar.